Jean explica que todo se reduce a la actitud mental y a las técnicas de concentración que se pueden aplicar, no solo a la pintura, sino a muchísimas otras situaciones. “Me di cuenta de que la clave para desenvolverse bien en eventos de pintura en vivo estaba en mi mente. Ya tenía las técnicas y la visión para lograr la azaña, lo único que se interponía entre mí y un resultado exitoso era mi estado de ánimo.”

Recuerda uno de sus primeros eventos de pintura en vivo, en el que los 10 primeros minutos no fueron según lo planeado. Con luces brillantes y ojos expectantes sobre él, los nervios comenzaron a asentarse.

“Me percaté en ese momento de que tenía que revertir la situación y transformar la pintura, y sabía que todo estaba en mi mente. Así que me aclaré, cerré todo a mi alrededor y me concentré en mi trabajo. No me permití a mi mismo pensar en el resultado final, ni en cuales serían las reacciones de las personas. Sólo me concentré en el aquí y ahora, y me deje llevar completamente. Efectivamente, la pintura resultó genial. Esta, es una técnica mental que se puede aplicar en muchos otros aspectos de nuestra vida.” Es además, una de las técnicas a la que a nuestro artista le gusta aplicar en sus clases de Art&Wine.

“En nuestra actividad, muchas veces veo como la gente que entra mira su lienzo el blanco antes de comenzar a pintar, y sé que a sí mismos se dicen:¡No hay forma de que pueda hacerlo! Es entonces cuando les digo que se relajen, que no piensen en el resultado final y simplemente se centren en hacerlo paso a paso, disfrutando de ese preciso momento. Y luego, cuando comienzan a ver que la pintura toma forma frente a ellos comienzan a relajarse y, a menudo, ¡incluso comienzan a experimentar! ¿Y adivina qué? Se van con una pintura deslumbrante y una sensación de felicidad y empoderamiento increíble. Es sorprendente lo que cualquiera puede hacer cuando se lo propone”.